-Mis damas, mis caballeros, les puedo pedir de su tiempo?
-Tiempo nos pide o dinero?
-Tiempo primero, no tengo
-Lo tiene pues, caballero
-Lo tengo y os lo agradezco, verá no mucho tiempo que observo que presto se acerca el momento
en el que un géntil caballero armado tan solo con versos consiga probar como premio la miel del reconocimiento
-¿Reconocimiento? No entiendo, bien sabe mi buen caballero que no son ni uno ni cientos los que habiéndole visto en conciertos mostraron su hondo respeto
-Es cierto, y Dios mismo sabe que albergo profundo agradecimiento por cada uno de ellos pero..
-¿Qué pero?
-Bueno, es un pero pequeño, el pero pequeño que siento de no ver reflejo en los medios
-¿Y no pueda ser caballero que el hecho de haber hecho de esto que antaño fuera recreo el medio en su sustento lo que no le tenga contento?
-No, si contento me siento prometo, contento y bien satisfecho, es solo que alojo el deseo de hacer con mis versos más conversos para el movimiento
-¡Ay mi señor no le entiendo!
-Ay mi señora la creo, y es por eso que loco me siento.
-Es que no es eso lo que son los genios

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